De pronto una vieja dijo,
allá en medio del tierrero,
"mueran todos, viva mijo,
que es el dueño del florero".
La gente que la escuchó,
decidió darle su muenda,
se fue y la persiguió,
y le pegó en la trastienda.
*****Después continuó llegando
gente y gente por montones,
y todos venían gritando,
"que mueranlos chapetones".
Algunos muy exaltados
rompían puertas y vitrinas,
y los decretos pegados
por España, en las esquinas.
Y en medio de aquel enredo,
exclamó de pronto alguno:
"queremos que hable Aceved,
José Acevedo, el Tribuno".
Y Acevedo, muy contento,
les dijo, con elocuencia:
"no pierdan este momento,
de calor y efervescencia".
Y aunque el frío era tremendo,
y hacía viento con furor,
el pueblo estaba sintiendo,efervescencia y calor.
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