De pronto una vieja dijo, allá en medio del tierrero, "mueran todos, viva mijo, que es el dueño del florero". La gente que la escuchó, decidió darle su muenda, se fue y la persiguió, y le pegó en la trastienda.
*****Después continuó llegando gente y gente por montones, y todos venían gritando, "que mueranlos chapetones". Algunos muy exaltados rompían puertas y vitrinas, y los decretos pegados por España, en las esquinas.
Y en medio de aquel enredo, exclamó de pronto alguno: "queremos que hable Aceved, José Acevedo, el Tribuno". Y Acevedo, muy contento, les dijo, con elocuencia: "no pierdan este momento, de calor y efervescencia". Y aunque el frío era tremendo, y hacía viento con furor, el pueblo estaba sintiendo,efervescencia y calor.