miércoles, 29 de octubre de 2014

De pronto una vieja dijo,
allá en medio del tierrero,
"mueran todos, viva mijo,
que es el dueño del florero".
La gente que la escuchó,
decidió darle su muenda,

se fue y la persiguió,
y le pegó en la trastienda.



*****Después continuó llegando
gente y gente por montones,
y todos venían gritando,
"que mueranlos chapetones".
Algunos muy exaltados
rompían puertas y vitrinas,  
y los decretos pegados
por España, en las esquinas.


Y en medio de aquel enredo,
exclamó de pronto alguno:
"queremos que hable Aceved, 

José Acevedo, el Tribuno".
Y Acevedo, muy contento,
les dijo, con elocuencia:
"no pierdan este momento,
de calor y efervescencia".
Y aunque el frío era tremendo,
y hacía viento con furor,
el pueblo estaba sintiendo,
efervescencia y calor.

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